por Swami BV Tripurari

Sri Chaitanya enseño que el varnasrama dharma es externo debido a que se enfoca en la ética y la moral, y estas tienen poco que ver con una vida espiritual apropiada. Aunque Sri Krishna dice que el varnasrama viene de Él «tasya kartartaram api mam», en el mismo verso nos dice que Él no está personalmente involucrado en éste «viddhy akartaram avyayam». Por lo tanto, participar dentro del varnasrama dharma no es el objetivo de la existencia. Cuando nos ocupamos en alcanzar la meta real de la vida, rechazaremos muchas cosas, aún cuando estas parezcan tener alguna utilidad para realizar dicha meta.

Considerando lo anterior y siguiendo la línea de Bhaktivinoda Thakura, Srila Prabhupada habló del valor relativo de varnasrama con relación a la sociedad en general y a la sociedad de devotos. Varnasrama nos exhorta a dejarnos influenciar por sattva, esa es su utilidad. Cuando se comprende la propia realidad psicosomática, se está mejor equipado para emprender una vida equilibrada y seguir un ideal espiritual. Es en este contexto que la esencia y espíritu del varnasrama concuerda con la meta de la vida.

De acuerdo a terminología del Gita, una persona psicológicamente equilibrada es aquella que se concientiza acerca de las influencias particulares que ejercen las gunas sobre su psiquis, y se conduce de acuerdo a ello. Independientemente de que la influencia de las gunas sea prominente, la conciencia de ellas se logra bajo la influencia de sattva, la cual gobierna sutilmente el sistema social del varnasrama dharma en que se desarrolla el Gita. En la visión del Gita, el primer paso esencial hacia la bondad es estar situado en el deber personal prescrito, ese deber está relacionado con la psicología de cada uno. Al estar en la posición que corresponde de acuerdo a esto habrá armonía con la identidad material condicionada, y esta armonía es la que facilitará el cultivo de una vida espiritual apropiada.

Si las actividades de una persona no están determinadas en función de su propia psicología, estarán fuera de balance, siendo uno así presa fácil de la influencia de rajas y tamas (pasión e ignorancia). Al mismo tiempo, sattva debe ser eventualmente trascendido pues de otra forma nos estará limitando en relación a nuestra liberación última, dentro de lo que es una amorosa unión con Dios. Bajo su influencia, uno se mantendrá prisionero de su tradición espiritual, en vez de realizar el mensaje esencial de dicha tradición.

Partiendo desde una psiquis predominada por sattva, uno puede directa y naturalmente anhelar e ir en pos de una vida trascendental, mientras que aquellos que están dominados por rajas y tamas, encontrarán este camino más difícil. Para tales personas, aunque puedan tener un progreso visto desde un sentido absoluto, los problemas relativos tales como las disfunciones psicológicas, pueden aparecer y crear ciertos impedimentos.

Esta noción de las gunas en relación con la cultura espiritual y el bienestar psicológico de los individuos, debería considerarse desde algún enfoque de la psicología convencional como una disciplina paralela, para el desarrollo de una psicología individual realmente estable.

Personalmente, creo que en el interés de “establecer un varnasrama” debemos tomar en consideración que el contexto de la sociedad moderna gravita hacia la integración social en vez de la división social que manifiesta el varnasrama. Es necesario tener una mirada esencialista de la tendencia moderna para apreciar el valor que hay en ello, abogando para no ir radicalmente en contra de la corriente de nuestros tiempos, y que ante eso, la esencia del varnasrama se proteja y se satisfaga.

La humanidad parece estar dirigiéndose hacia el terreno común de nuestra especie como humanos, en lugar de marcar diferencias de raza, sexo, credo, etc. Esto tiene valor sin duda alguna, aún así, equidad y plena satisfacción entendidas apropiadamente, no son obtenibles dentro del marco de la moral. El humanismo y la moralidad carecen de capacidad para satisfacer al alma. No puede la moralidad realizar o poner en práctica su propio ideal de una sociedad humana perfecta y permanecer incólume en el tiempo, porque la moralidad en sí misma depende de una sociedad que a su vez está necesitada de valores morales. Una sociedad perfecta no está necesitada de esa moralidad. La vida espiritual trasciende el varnasrama.

Tanto la igualdad de oportunidades como la representación y el corazón de la democracia, pertenecen al reino del alma. Sri Chaitanya recomienda una práctica espiritual para todos sin excepción, a fin de realizar esta igualdad: Cantar los nombres de Dios. Para lograrlo de manera pacífica y progresiva, será de mucha ayuda que los individuos se encuentren bien equilibrados o estables (sattva guna). Aunque esto puede ocurrir a través del cultivo directo de la vida espiritual, en la práctica encontramos mucha gente que después de años de canto, no ha desarrollado la pureza de corazón que es representativa bajo la influencia de sattva.

Por lo tanto, la necesidad es de aquello que se conoce como daiva-varnasrama, el cual fue concebido para los devotos por Bhaktivinoda Thakura. Esto representa el corazón del varnasrama, que trata de facilitar el desarrollo de seres humanos equilibrados, integrados y estables, y ese desarrollo progresa a partir de la concientización de la realidad psicosomática de uno mismo. Esto, a su vez, asiste a uno en su práctica espiritual.

El principio de varnasrama, basado en la consideración de las gunas, es universal. No necesita ser limitado a las lecturas hechas de forma literal respecto a la universalidad relativa de tiempos ya pasados. Después de todo, es material: Ética y moral pertenecen al campo de la relatividad. Su valor depende en última instancia de que sea defendida la realidad absoluta que la trasciende. Moksa lo vuelve totalmente sin sentido mientras que prema, al hacer lo mismo, lo emplea en el Vraja lila superficialmente. A menos que el varnasrama sea ejecutado en su sentido esencial, veo a gran distancia el  “establecimiento de un varnasrama” en el día de hoy. Ni en la sociedad de devotos, y mucho menos en la sociedad humana. En efecto, ¿Quién será el rey?

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