Por Purnacandra Gosvami

La consciencia de celebridad se desarrolla cuando los seguidores se centran más en las características externas de un ser espiritual líder y no en su espiritualidad.

Éstas características externas pueden incluir el aśrama, la reputación, el carisma, la nacionalidad, la opulencia, los talentos materiales, un gran número de seguidores, la educación material o la posición institucional. Centrarse en lo externo tiende a alimentar la negligencia y el desprecio de los otros devotos o que no son celebridades, lo cual es sólo uno de sus aspectos nocivos. Tales líderes espirituales se vuelven más como estrellas pop que sādhus para sus seguidores, y son generalmente los neófitos idealistas. Una característica de este fenómeno es que un líder célebre se preocupa poco por los demás que no son sus seguidores o potenciales seguidores, y los seguidores se preocupan poco por alguien que no sea su líder célebre.

De alguna manera, aceptar seguidores tiene un sabor dulce, pero también lo hace la azúcar blanca, y bastante de ella en un tiempo puede causar hipoglucemia o diabetes. Śrī Caitanya Mahāprabhu incluye “seguidores” a su lista de artículos que Él rechaza, na dhanaṁ na janaṁ na sundarīṁ kavitāṁ vā, conociendo los posibles efectos nocivos. Pero algunos líderes aceptan seguidores independientemente de la superficialidad de las relaciones, a veces incluso se anuncian para solicitarlos. En casos severos, la celebridad se convierte en un líder emocionalmente adicto a tales relaciones y no puede quedarse quieto para escuchar y cantar, sino que debe seguir registrando a nuevos reclutas. En tal escenario, la forma es importante, mientras que la sustancia es prescindible.

Las múltiples consecuencias de este escenario están sofocando a la vida espiritual, y debemos tener cuidado de no caer en esta trampa. Una desventaja es que un líder espiritual puede volverse adicto a la adoración de sus seguidores y ver a esa adoración como un signo de su propio avance espiritual. Por lo tanto, no ve razón para luchar y adentrarse en la vida espiritual, y se convierte en orgulloso y complaciente. Uno debe ser cuidadoso, sin embargo, uno no se imagina este defecto en otros, y por lo tanto comete ofensas. Otro inconveniente es el comportamiento de los seguidores neófitos que están eufóricos por su líder célebre. Ellos lo ven como el todo en todo y en sus intentos para servirle, a menudo pasan sobre los pies de los demás. He tenido muchas experiencias personales de dichos tratos, así también como muchos otros las tienen.

A veces, de una manera malsana, los seguidores cargan con la responsabilidad de sus vidas, de manera que tienen que pedir permiso para todo lo que hacen. Esto ata y ciega a los seguidores desde que no usan su inteligencia. En consecuencia, la consciencia célebre está relacionada con el autoritarismo. Tal estado de ánimo ciego y autoritario filtra abajo a los líderes locales, quienes luego esperan el mismo comportamiento de sus subordinados. He aquí un ejemplo de esta tendencia.

Hace años atrás, un brahmācari, que estaba teniendo dificultades, fue aconsejado por su líder de templo a casarse . El brahmācari estuvo de acuerdo y mencionó a una joven de la congregación que le interesaba. Al oír su nombre, su líder hizo una mueca, “¡Oh no! Ella es apenas una devota. Ella no es la correcta. Hay una chica en el templo que sería mucho mejor para ti.”

El devoto le preguntó: “¿Pero qué pasa con mi apego a la otra joven?””No te preocupes”, le respondió su líder de confianza, “tú te olvidarás por completo de ella.” El brahmācari estuvo de acuerdo con esta idea y aceptó reunirse con la devota en el templo. Por otra parte, ella no estaba dispuesta a casarse con nadie, pero el líder del templo la convenció a casarse y dispuso a la pareja para reunirse. Se casaron unos meses más tarde.

El hombre estaba ansioso de romance, pero la chica aún estaba acostumbrada a un estilo de vida célibe. El ego del hombre fue aplastado después de que se rechazaron sus intentos románticos. Desalentado, él se retiró del matrimonio y comenzó a encontrarse con la joven de la congregación. Naturalmente, su esposa recién casada se perturbó y se fue a otra comunidad para su propia tranquilidad. Así es la vida de las personas que permiten que otros piensen por ellos. La intuición inicial del hombre era correcta, él y su esposa de la congregación siguen juntos hoy en día.

La autoridad espiritual es valiosa sólo si se utiliza correctamente. Uno puede conseguir un buen consejo de personas independientes que poseen la visión, y luego uno debe tomar sus propias decisiones personales en la vida. Por desgracia, un sistema autoritario no anima a la gente a tomar sus propias decisiones.

Volviendo al problema de las celebridades, aquellos que no se consideran así mismos como celebridades encuentran toda la dinámica contraria. Pueden pasar el tiempo aconsejando y entrenando a otros, pero rara vez se los ve como importantes o como conectados con el Señor. A menudo se los da por sentado. Tarde o temprano, sentirán el peso de su estatus de segunda clase, o bien comenzarán a anhelar fama o se desanimarán en sus intentos de predicar y guiar a otros. Sin embargo, ellos pueden sobrevivir al visitar o residir en lugares donde sus esfuerzos sean apreciados. Sin embargo, tal supervivencia requiere de humildad y determinación. Las personas que los aprecian suelen ser maduros y han aprendido a ver a través de los focos en el neófito escenario social.

El resultado es que los predicadores que no son célebres y se esfuerzan año tras año, pueden desarrollar cualidades santas centrándose más allá de las superficialidades. Para esto tienen que ver la mano del Señor en esa situación. Eventualmente, también pueden desarrollar un seguimiento. Ya que han estado viviendo sin fanfarria por muchos años no son dependientes de él y son menos propensos a ser afectados por el mismo.

¿Qué pasa con los líderes espirituales con carisma natural que se han convertido en una celebridad aunque sin ningún deseo material propio? ¿Qué pasa con ellos? ¿No son sādhus? Sí, ellos son sādhus. Ellos no están atraídos ni son afectados por la fanfarronería. Más bien ellos la tratan de evitar siempre que sea posible por dejarse a un lado del centro de atención, empujar a otros hacia delante y alentar a sus seguidores a respetar y obtener guía de otros Vaiṣṇavas cualificados. Ellos toleran la fanfarronería y tratan de avivar la chispa de la madurez, de la sobriedad y del aspecto equilibrado en todos. Además, son apreciados por sus hermanos espirituales y a menudo se ven con ellos en circunstancias amistosas.

Puede ser cierto que los seguidores idealistas siempre estarán presentes, ya que todo el mundo empieza desde la etapa neófita. Sin embargo, el deber de los líderes espirituales es minimizar los malentendidos y el mal comportamiento de sus seguidores a través de instrucciones claras para que la vida espiritual pueda ser encendida en sus corazones.

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