por Svami Sadananda

 

Querida Hella, querido Vamandas!
 
Por cierto, el año pasado le envié una carta a D. y a otras personas más, explicándoles, con mucha claridad, que deberían imaginarse cómo sería estar en un desierto sin Vamandas, Hella y Sadananda, y por ello deberían tratar de atenerse a lo que dicen los Sastras y a lo que ellos mismos (Vamandas, Hella y Sadananda) les están transmitiendo. No debemos atarnos a una persona.

 

 

Parece que nadie se ha dado cuenta de eso. La dependencia de la personalidad es la muerte, por lo que los verdaderos gurus se repliegan situando a sus estudiantes a cierta distancia, para que estos aprendan cómo desarrollarse a partir del poder del bhakti.

 

Una vez que nosotros nos dejamos adorar o incluso disfrutamos de los elogios y adoración de las personas, nuestro bhakti se termina y nos volvemos como los demás swamis y gurus, y el poder de Gurudeva disminuye en nosotros y nos volvemos pobres lunáticos. Este peligro siempre existe y termina en sensacionalismo.

 

Kanaka, kamini y pratistha (dinero, apego sexual/erótico y fama) son los tres peligros más grandes, y en relación a ello uno da la oportunidad y toma demasiado seva innecesariamente de otros, queriendo dar la impresión de ser una bhakta, solo por tener algo que ver con el bhakti.
 
Las personas decentes sienten en dónde pueden y deben ayudar y servir. Aquellos que tienen un rastro de bhakti descubren por sí mismos dónde pueden servir, porque Krishna les da buddhi-yoga (¡el buen razonamiento!).

 

Sé que los tres lo tenemos claro, pero aquellos que realmente no quieren bhakti nos malinterpretan, quedando frustrados con sus fallidos escapismos, buscando aquí un nuevo escape, trayendo y manteniendo las contaminaciones de sus corazones.
 
Cada palabra dirigida a estas personas debe ser desafiante, pero también por momentos tierna y diplomática, y en otros momentos fuerte y directa, como las palabras de un médico a un enfermo mental.
 
El conocimiento del bhakti es claro, tan brillante como el Sudarsana Cakra de Narayana.

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