Si la meta última del proceso es el amor puro por Dios, en la base, donde este proceso se sustenta, tiene que haber libertad. En otras palabras, podemos decir que la libertad es una manifestación del amor que Krishna tiene por nosotros y el que nosotros estamos por descubrir.

Para que haya amor, debe haber libertad. Hemos escuchado esta frase muchas veces y nos suena muy lógica. Al analizar y tratar de entender ciertos conceptos y comportamientos, muchos de estos pueden parecer sencillos, pero al intentar ponerlos en práctica es donde nos vamos a dar cuenta del verdadero desafío.

Hay una espiritualidad a nivel de la teoría y otra a nivel de la realización. Y en medio de ambos está la práctica. No es correcto separar estos dos aspectos, ya que la realización fidedigna nace de una teoría puesta en práctica adecuadamente. El vaisnava-sangha o la asociación con los vaisnavas es el ambiente en donde se encuentra todo en su forma real, la teoría, práctica y la realización. Es por esta razón que se enfatiza tanto la importancia de la asociación.

Las relaciones dentro del vaisnava-sangha son básicamente de tres tipos: con los mayores, con los iguales y con los más neófitos. Esa distinción existe principalmente en base a la realización espiritual. Edad, años de práctica y participación en el proceso y en la comunidad, tal como cargos y puestos de responsabilidad, son consideraciones secundarias o formales, pero que también deben ser tomadas en cuenta adecuadamente.

Cuando se habla del jardín en el cual la enredadera del bhakti es plantada y en donde ella está creciendo, se refiere al vaisnava-sangha. La devoción no solo nace y crece, sino que también se perfecciona gracias a la asociación. De esta forma, podemos afirmar que no existe ningún momento en el cual la asociación no sea de plena importancia. Por ello, la actitud, comportamiento y el servicio que aceptamos son esenciales en todas las etapas del desarrollo del bhakti, tomando en cuenta los mencionados criterios internos y externos debidamente.

Vaisnava-aparadha, la cual se compara a un elefante loco en un jardín, aunque comúnmente es traducida como ofensa contra un vaisnava o muchas veces contra un devoto puro, en primer instancia se refiere a un comportamiento tosco o inadecuado dentro del sangha o en contra de los principios del vaisnava-sangha, que a su vez lo lleva a uno a cometer vaisnava-ninda, u ofensas en contra de los vaisnavas.

En otras palabras, podemos decir que se pueden cometer ofensas consciente e inconscientemente. Transgrediendo ciertos principios y sensibilidades en la asociación con los vaisnavas podemos llegar a incomodar y perturbar de esta manera a cualquier integrante del vaisnava sangha, ya sea a aquellos que están por encima de nosotros, a los que están en el mismo nivel y a los más neófitos. Eso puede suceder debido a nuestras actitudes, acciones o incluso por nuestra “prédica”, sin que necesariamente tengamos una conducta hostil en contra de algún vaisnava en particular.

Incomodar a los vaisnavas, obstruir su servicio, perturbar la fe de los neófitos, etc., al ser insensibles o inconscientes de ciertos principios y sutilezas del vaisnava-sangha, puede también ser un síntoma de un ensimismamiento burdo o incluso de un enfoque excesivo en el proceso personal desconsiderando el proceso de los demás, todo lo cual se vuelve un semillero de las diversas causas por las cuales uno pierde el gusto y el ánimo en la práctica y el respeto hacia los vaisnavas, y que rápidamente nos puede llevar a cometer ofensas directamente en contra de los vaisnavas y especialmente en contra de vaisnavas excelsos.
Por esta razón, el proceso requiere de una sana base y una gran atención en todos los aspectos y etapas. La sana base son los principios fundamentales como, por ejemplo, el respeto. Un sangha donde no se respetan a los demás integrantes de manera apropiada, en base a ambas consideraciones, tanto internas (realización) como externas (edad, cargos, etc.), va a ser debilitado espiritualmente y una tendencia hacia el vaisnava-aparadha se hará notable entre sus integrantes. Incluso existe algo que podríamos llamar de un aparadha-institucionalizado. Esto ocurre cuando toda una comunidad o sangha adoptan una actitud inapropiada hacia otros vaisnavas, miembros de otros sanghas; como, por ejemplo al comportarse de una forma indiferente, irrespetuosa u hostil con un vaisnava, solo porque éste pertenece a un otro sangha. Así como el respeto representa un ingrediente primordial para la base de un vaisnava-sangha saludable, de la misma manera podemos considerar la libertad como un elemento muy esencial para ello.

Si la meta última del proceso es el amor puro por Dios, en la base, donde este proceso se sustenta, tiene que haber libertad. En otras palabras, podemos decir que la libertad es una manifestación del amor que Krishna tiene por nosotros y el que nosotros estamos por descubrir. No existe un amor obligado. La siguiente historia lo ilustra muy bien.

Había una vez, un hombre que estaba muy frustrado porque su esposa no le hacía caso y por esta razón se fue a visitar a un yogi que tenía poderes místicos, para pedirle una bendición. El hombre dijo: “Oh yogi, por favor dame la bendición para que mis palabras tengan el poder de hacer que mi esposa obedezca a todo lo que le pida. Nosotros, de hecho, tenemos todo para poder ser felices, solo que ella no me hace caso.”
Al escuchar su pedido, el yogi le dijo: “Que así sea. De ahora en adelante tu esposa te hará caso en todo lo que le digas.” Así, el hombre regresó a su casa con toda la confianza de que ahora sí podrían vivir felices para siempre. De esta manera, cuando el hombre empezó a pedirle varias cosas a su esposa, ella obedeció inmediatamente a todas sus órdenes. Él decía: “ve para allá”, y ella iba, “ven para acá”, y ella venía, “Siéntate aquí”, y ella se sentaba, etc. Así, el hombre continuó ordenándole a su esposa, quien obedecía a todo sin hesitar, pero con el pasar del tiempo, él descubrió que en vez de aumentar su felicidad, él empezó a sentir más frustración que antes. Su esposa se había vuelto un objeto sin conciencia, sin capacidad de pensar y decidir independientemente.
Si se destruye la conciencia, no puede haber felicidad. Solo el servicio voluntario puede dar felicidad, tanto a quien sirve, como a quien es servido.
Krishna es muy consciente de este hecho, y por eso tenemos la independencia de poder hacer prácticamente todo lo que queramos en este mundo. Él nos da la independencia incluso de poder aceptar o rechazar Sus propias palabras. Nos da la libertad de cometer errores y de corregirlos.

Si Krishna nos está dando libertad, el guru, como su contraparte, y los vaisnavas, como otra manifestación de Krishna, también reconocen esta libertad, por lo que podríamos concluir que el vaisnava-sangha naturalmente va a ser caracterizado por esa misma libertad. No existe vaisnava-sangha sin libertad, al igual que no existe devoción ni amor sin esa misma libertad.

Por otro lado, tener libertad no necesariamente significa ser liberado. Existe el mal uso de la libertad, por lo cual podemos seguir condicionados por tiempo indefinido, si así lo deseamos. Cuando hablamos del vaisnava-sangha, debemos distinguir entre el sangha de los devotos puros, liberados de los condicionamientos materiales, y el de los devotos practicantes, que todavía están condicionados, pero determinados a superar este condicionamiento. Algunas veces también se infiltran y mezclan personas en el vaisnava sangha, quienes no están interesados en la devoción ni en superar el condicionamiento material, y cuyo verdadero interés está en el dinero, poder o fama.

La pureza siempre debe prevalecer, porque solo por su fuerza, las contaminaciones y condicionamientos pueden ser purificados. Mientras la pureza prevalezca, el respeto, la disciplina, la libertad, la responsabilidad y otras características favorables para el desarrollo espiritual individual y comunitario también van a prevalecer. Con un aumento del peso del condicionamiento, se empieza a perder ese ambiente favorable para la práctica espiritual y el propósito del sangha se comienza a diluir y distorsionar. Imposición, manipulación, diferentes formas de fanatismo, formalismo, dogmatismo y otras características no favorables van a empezar a predominar y van a opacar las características favorables.

Aunque los devotos puros están llenos de compasión y sienten un verdadero compromiso con las almas condicionadas, al mismo tiempo son desapegados, capaces de permitir que otros cometan errores, e incluso que puedan abandonar el camino. Los devotos avanzados intentan cambiar la mentalidad de las jivas mostrándoles el camino a través de su propio ejemplo y carácter ideal, y explicándoles el proceso de forma esencial para inspirarlos en su práctica. Ellos nunca van a acudir al chantaje o manipulación emocional, ni a ninguna forma de represión, sabiendo que todo eso va en contra de la libertad y que es inútil para ayudar a alguien a salir del condicionamiento material. La aparición de estos u otros fenómenos, como el control, diplomacia etc., indica una desviación en donde las necesidades administrativas de la comunidad u otras carencias o necesidades personales condicionadas se han vuelto más importantes que el interés espiritual de la comunidad y de sus integrantes. Las posibles desviaciones no son necesariamente un resultado de malas intenciones, pero sí de errores, que pueden ser muy difíciles de rastrear y ubicar.

Un vaisnava-sangha parte del concepto de que Krishna es el controlador supremo, el propietario y disfrutador de todo y de todos. Los vaisnavas saben que ellos no son los hacedores. Mientras somos capaces de mantener y seguir estos criterios, el sangha cumplirá su verdadera función, a pesar de las dificultades que puedan aparecer. Todos los problemas y dudas se pueden solucionar desde dentro, a través de la absorción en el proceso. Es por esta razón que las almas rendidas pueden acomodar todo de una manera favorable, para así lograr seguir en el camino.

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