(de las lecturas de Su Divina Gracia, Parampujyapad Srila Bhakti Ballabha Tirtha Gosvami Maharaja)

El piloto Nikson volaba en su avión para ubicar las habilidades de defensa del ejército alemán durante la guerra mundial. Estaba acompañado por sus cuatro colegas, todos de la fuerza aérea, cuando entraron al espacio aéreo alemán escondieron su avión en las nubes. Nikson necesitaba una vista clara de los sitios de defensa, así que corrió el riesgo de bajar su avión. Repentinamente un impacto lo sacudió. Su avión fue golpeado. El ejército alemán estaba abriendo fuego contra él, inesperadamente el avión ardía en llamas.
El Señor Nikson escribió en su biografía: «Firmemente aseveraba ser no creyente de Dios. Observé que mi avión incendiado estaba perdiendo altura rápidamente inevitablemente se estrellaría. No había manera de sobrevivir. Yo murmuré » si hay algún Dios, sálveme». Me quedé en blanco después de eso. No supe que fue lo que pasó. Recuperé la conciencia después de un largo tiempo. Cuando pude entender me dijeron que había quedado inconsciente por casi dos meses. Cuando pregunté por mis colegas me dijeron que de alguna manera, el avión envuelto en llamas había entrado de nuevo el territorio francés y cayó con un ruidoso golpe seco, nada quedó en el lugar, todos estaban muertos. Mi pulso era bastante lento pero marchaba, así que me llevaron al hospital del ejército en Paris, y los doctores trabajaron arduamente para salvarme. Cuando todos estaban discutiendo en detalle el estallido, empecé a recopilar en mi cabeza todos los detalles del evento por minuto. Después recordé como había murmurado: «-si es que hay algún Dios, sálveme!». Un escalofrío recorrió espina dorsal y desde ese día, yo tengo una fe firme en Dios y en su existencia.

Él siguió escribiendo: «después de ser dado de alta, comencé a frecuentar la iglesia y a inquirir sobre Dios a diferentes sacerdotes. Desde entonces pensaba que si sé que Dios existe, debería encontrarlo y hablar con «Él». No estaba satisfecho con las respuestas que tuve y finalmente empecé a leer varios libros sagrados. Aún no estaba satisfecho mi deseo de conocer a Dios e involucrarme día tras día. Después de todo, Él me salvó el otro día y yo debería conocer a mi salvador.

Me habían aconsejado visitar India para aprender más a fondo de Dios. Me informaron que los sabios de la antigua India habían investigado profundamente este tema. Renuncié a la Real Fuerza Aérea y llegue a India para investigar sobre Dios.

El nombre completo de ese señor era Ronald Nikson, quien, después, fue un renombrado Profesor en la Universidad Lucknow. Él y el Dr. Gyanendra Nath Chakravarty (vice canciller) se habían conocido tiempo atrás en Inglaterra, desde allí se volvieron buenos amigos y
el Dr. Gyanendra lo nombró profesor del departamento de Inglés en la Universidad Lucknow.

Sri Krishna dice en el Gita : “Yo ayudo a aquéllos que me buscan sinceramente”. La esposa del Dr. Chakravarty, Srimati Manika Devi era devota de Krishna. Ella enseño y explicó al profesor Nikson diferentes escrituras hindúes, específicamente: el Srimad Bhagavad Gita, los Upanishads, el Vedanta y el Srimad Bhagavatam. Con el tiempo, ella lo inicio y le dio el nombre Sri Kishna-prema.
Posteriormente, Nikson estableció un centro en Mirtola (aproximadamente a 14 millas de Almora en el estado de Uttar Pradesh) bajo el nombre de «Uttar Vrindavan».

Se dice que Profesor Nikson alcanzo la realización del Señor Supremo en ese lugar, y así pudo hablarle al Señor. De este modo el Señor cumplió su deseo.

La esencia de esta historia es que el Profesor Nikson había concluido que él firmemente era un no creyente de Dios, y sin embargo, desarrolló una fe firme en Dios con ese único accidente. Esto quiere decir que Dios existe. Hay muchos ejemplos para probar esta afirmación. La única forma de darse cuenta de Su existencia es entregándose a Él. Una sincera y absoluta rendición te llevará a Él. Por ejemplo, para recibir algo de educación tenemos que entregarnos a un profesor, a un maestro. Rendición quiere decir que estás aceptando que el profesor es más erudito que tú en esa esfera de educación, así que él te impartirá esa educación, una vez que te hayas rendido a él. Similarmente, una vez que te has rendido al Señor Supremo, él nos impartirá su conocimiento para alcanzarlo a Él.

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