Para resolver la duda, en relación a si un devoto se debe casar o no, o si debe o no tomar el camino de la renuncia, se precisa de una visión adecuada y de un conocimiento apropiado sobre los principios del bhakti y sobre la naturaleza humana. Para ello se requiere de una buena guía y de honestidad por parte de uno.

Les comparto a seguir una instrucción de Srila Bhaktisiddhanta Sarasvati Thakura relacionada a la vida en familia o, el así llamado, grhasta-asram. A este respecto, podemos observar que las consideraciones relacionadas a este tema muchas veces mantienen una visión externa. Básicamente, la duda que surge comúnmente es si es bueno o no casarse, cuando es bueno casarse, o si es apropiado tomar renuncia o no, y, en este caso, quién está calificado para hacerlo. Estas preguntas son en sí mismas legítimas, y es definitivamente importante resolverlas de manera apropiada. El punto clave aquí es comprender en base a que motivación estamos realizando estas preguntas y buscamos responderlas.

Existen tres consideraciones o bases principales para abordar esta temática:

1. La necesidad espiritual individual

Si lo analizamos desde esta perspectiva, existe una consideración importante a tener en cuenta en relación a la renuncia y su significado interno. Renunciar a la tendencia de disfrutar es un síntoma natural del aumento en el deseo de satisfacer a Krishna. El proceso, comenzando con sadhana-bhakti y culminando en prema-bhakti es básicamente un recorrido o traslado del deseo por disfrutar de nuestros propios sentidos al deseo de satisfacer los sentidos de Krishna o, en otras palabras, de ser disfrutados por Él.

atmendriya-priti-vañcha — tare bali ‘kama’
krsnendriya-priti-iccha dhare ‘prema’ nama
CC 1.4.165

El deseo de complacer los propios sentidos es kama (lujuria), pero el deseo de satisfacer los sentidos de Sri Krishna es prema (amor).

La fuerza impulsora en este recorrido es el bhakti y el sub-producto es la renuncia. Ambos son obtenidos por la gracia y las bendiciones de los devotos. Ningún logro y ningún acto en el camino de la devoción es realizado o alcanzado a través de un esfuerzo propio, sino que es únicamente causado por la gracia de Hari, Guru y Vaisnavas. La idea de uno mismo ser la causa de su felicidad y suerte se encuentra únicamente en el dominio donde rigen karma y jñana. Después de entrar en contacto con bhakti, uno empieza a ver todo como una manifestación e intervención de la misericordia.

mahat-krpa vina kona karme ‘bhakti’ naya
krsna-bhakti dure rahu, samsara nahe ksaya
CC 2.22.51

Quien no sea favorecido por un devoto puro, no podrá alcanzar el plano del servicio devocional. No hablemos ya de krsna-bhakti: ni siquiera podrá liberarse del cautiverio de la existencia material.

En este sentido, ambos, el alcance devocional y la renuncia llegan a nuestra vida por misericordia de un mahatma y por esta razón, obtener la gracia de un vaisnava y ejecutar servicio devocional bajo su guía es la necesidad espiritual primordial. Renunciar al mundo nunca puede ser ni la causa del bhakti ni de la liberación, pero renunciar al deseo de disfrutar los sentidos de uno, gracias a la influencia de un mahatma, o recibir inspiración en el bhakti por su asociación, es ciertamente el camino más auspicioso. Por esta razón, el término renuncia, así como lo conocemos en la orden de sannyasa, es de cierta forma engañoso y unilateral. La práctica espiritual de un sannyasi es dirigida hacia un alcance interno, y no en pos de una renuncia externa. Sin entrar en detalles, el sannyasa-mantra, es un raga-marga-mantra y su meta es situarse en el plano de la entrega, la devoción y los sentimientos de los ragatmikas. Ante esta meta, cualquier otra consideración es secundaria o hasta insignificante. Así, la duda sobre casarse o no casarse, no está de ninguna manera relacionada con el tema del sannyasa o de la renuncia. La necesidad espiritual primaria de un individuo es alcanzar la gracia de Hari, Guru y Vaisnavas y de estar ocupado en el servicio devocional bajo su orden. En este sentido, para un devoto no existe ninguna diferencia entre el grhasta asram y el sannyasa asram, ya que los grhastas tambien pueden dirigirse a la misma meta por medio de sadhana y asociacion.

2. La necesidad humana individual

Este punto de la necesidad humana indica que es algo que tiene que ver con nuestra naturaleza material. Ser “renunciante” por naturaleza, no representa ningún logro espiritual. En este sentido, renunciante sería alguien no casado, o alguien que no disfruta de placeres sexuales. Pero sabemos que también existen muchas personas no casadas, quienes disfrutan de placeres de este mundo, entre ellos el sexo. No ser casados, no los hace renunciantes. También existen aquellos que tienen un determinado condicionamiento karmático, que les impide vivir ciertas experiencias, aunque internamente lo estén anhelando y contemplando todo el tiempo. Esto tampoco los hará renunciantes. Por otro lado, algunos se casarán y vivirán la vida de casados. Todos estos son casos que indican una realidad humana karmática, que puede ser equilibrada, y así representar una base favorable para el desarrollo espiritual, o más desequilibrada, la cual puede traer ciertos impedimentos y obstáculos a la práctica. Siendo bhakti independiente del karma, todos estos estados son temporales y externos y no sirven de ninguna manera para juzgar sobre el progreso espiritual de alguien.

Desde esta perspectiva, la idea de que un renunciante es más avanzado que un grhasta es evidentemente muy equivocada. Así también es errada la perspectiva de que un renunciante, quien transgrede las reglas del dharma del sannyasa, pierde sus méritos devocionales. En otras palabras, glorificar a los devotos en base al asram, o la ropa que usan, o criticarlos en base a fallas que cometen en este asram, es el resultado de una visión externa y en ambos casos nos puede llevar a cometer vaisnava-aparadha.
Para resolver la duda, en relación a si un devoto se debe casar o no, o si debe o no tomar el camino de la renuncia, se precisa de una visión adecuada y de un conocimiento apropiado sobre los principios del bhakti y sobre la naturaleza humana. Para ello se requiere de una buena guía y de honestidad por parte de uno.

Observadores superficiales tienden a mantener una perspectiva dual. Por esa razón, el Señor Krishna en el Srimad Bhagavatam da la siguiente instrucción:

para-svabhāva-karmāṇi
na praśaṁsen na garhayet
viśvam ekātmakaṁ paśyan
prakṛtyā puruṣeṇa ca

SB 11.28.1

Uno debería ver que debido al encuentro de la naturaleza material y la entidad viviente, el universo actúa de manera uniforme. Por tanto, no se deben elogiar ni criticar las características o actividades de los demás.

Así como la crítica no hace bien a nadie, las glorificaciones en base a una visión externa tampoco son de ninguna ayuda sustancial para nadie. Lo único correcto es trascender y ayudar a trascender cualquier situación con la ayuda de guru, sastra y sadhu y no criticar por lo incorrecto o justificar lo injustificable.

En este nivel humano, es donde se encuentran la realidad espiritual y la realidad material y, en ese contexto, la renuncia de por sí no sería un tema tan complicado de abordar, si no se mezclase con las perspectivas de las necesidades externas aquí citadas.

3. La necesidad administrativa de la comunidad

Las dos primeras necesidades mencionadas aquí son individuales y en este sentido, si uno es sincero consigo mismo y con su proceso, todo se puede dar de una manera natural. De esta manera, uno va a recibir la guía adecuada y las indicaciones necesarias para ello. Krishna mismo se encarga de esto. Por otro lado, hablando de las necesidades que conciernen a la comunidad, todo se vuelve más complicado. Lejos del primer significado mencionado sobre renuncia, en este nivel, la renuncia o los renunciantes cumplen dos funciones principales.

La primera es que se acostumbra a ver a los renunciantes, y en especial a los sannyasis, como una persona que debe ejercer una función de autoridad sobre los demás, en favor de hacer cumplir las necesidades administrativas de la comunidad. El sannyasi se considera más avanzado espiritualmente. Así, si se idealiza o muchas veces sobre-idealiza su personalidad, esto trae malas consecuencias, más aún cuando se manifiestan en su carácter ciertas carencias o fallas humanas, lo cual lleva a una gran decepción. “El topi pesa”, así lo hemos escuchado muchas veces y en base a esta idea muchas cosas han sucedido. Desde el tiempo de Srila Bhaktisiddhanta, hasta hoy en día, el topi, o la uttariya (del sánscrito uttar + iya = lo que cubre la parte superior), ha sido un símbolo de cierta autoridad y de cierto poder ejecutivo en las misiones espirituales. Alguien, quien supuestamente no persigue un interés material personal, se presta bien para confiar en él y para defender el interés común, alrededor del cual está reunida una comunidad. Así, el sannyasa asram ha sido en general un instrumento útil, aunque muchas veces ha causado grandes disturbios y cataclismos, especialmente en el occidente, aunque no exclusivamente allí.

Además de poder cargar y ejecutar una función de autoridad, y no perseguir intereses materiales personales, el renunciante, en este caso el sannyasi o brahmacari, tiene toda la energía para ponerla a disposición de la comunidad o de la misión. Lo que muchas veces ha llevado a la situación en donde alguien, sintiendo la necesidad humana de casarse y organizar la vida de acuerdo a su naturaleza condicionada, fue “trabajado” por otros, o se le “arregló la mente”, para seguir con su servicio, en nombre de la así llamada “rendición”. En otras palabras, no se atendieron las dimensiones de las diferentes necesidades personales con transparencia, con sus propios criterios y lenguajes, sino que se revolvió todo de una manera confusa y/o manipuladora, presentando la entrega a la necesidad administrativa de los templos y de la misión, como un síntoma de rendición y, al mismo tiempo, forzando a uno a violar su naturaleza e intuición, relacionadas con el equilibrio y bienestar propio.

Lo mismo aplica también para muchos grhastas, quienes bajo un entendimiento superficial o equivocado, entregaron más a la misión de lo que su realidad material y su realización espiritual podían dar.

Si bien, entregar la energía al templo es de hecho nuestro ideal y meta devocional, esto va a funcionar de manera sana y favorable, solo si la realización espiritual personal es lo suficientemente fuerte para cargar con la exigencia y el sacrificio que esto requiere. Hoy en día, vemos que muchos se quejan y reclaman por lo poco que han hecho, y otros, sin embargo, no reclaman nada, aunque han hecho mucho. Eso es cuestión de la realización espiritual y la naturaleza humana hasta cierto grado.

Una misión que no enseña y promueve el autoconocimiento y no entrega criterios y asociación necesaria para avanzar espiritualmente, solo puede crecer en términos externos, cargada por una fe ciega, una imitación de rendición y diplomacia. Sobra decir, que tales estructuras no pueden ser el hogar de un verdadero espíritu devocional, y si de alguna manera son capaces de mantenerse, será solo por conveniencias materiales.

Dirigir a los aspirantes a la devoción solo en base a necesidades administrativas de los templos, reprimiendo las necesidades humanas individuales y desconociendo o no atendiendo adecuadamente las necesidades espirituales individuales lleva inevitablemente al fracaso. Y en vez de hacerlos prácticamente libres y autónomos, los vuelve materialmente y emocionalmente dependientes y vulnerables ante la dualidad mental.

Maya pone muchas trampas en el camino, pero el deseo sincero de querer rendirse a los pies de loto de Krishna es invencible. Krishna responderá al llamado de cada quien, de la manera como Él lo vea más favorable y necesario y así serán atendidas todas las necesidades de uno, desde las espirituales, hasta las humanas e incluso también las demandas administrativas de los templos y comunidades donde participamos. De acuerdo a Srila Bhaktisiddhanta, “Religión significa ajuste apropiado”.

Sigue a continuación el texto prometido de Srila Bhaktisiddhanta Sarasavati Thakura:

¿Cómo debemos vivir en casa?

La asociación adecuada con personalidades exaltadas como cisnes destruye nuestra calificación para caer en el oscuro pozo de la vida material. Si nos asociamos con almas liberadas, estaremos calificados para volvernos espirituales.

Aquellos que no se relacionan con los Bhagavatas para discutir el Bhagavata, sabiendo que ambos no son diferentes, nunca encontrarán fortuna en la vida familiar.

Es bueno para los devotos vivir en casa, porque les permite adorar pacíficamente al Señor Hari. Sin embargo, esa paz no está disponible para aquellos que están demasiado apegados a la vida familiar y que son materialistas burdos. Es importante entrar en la vida familiar resuelto a servir a Krishna. Esta resolución es muy superior a la práctica de la falsa renuncia del mono. La falsa renuncia no ayudará a uno a alcanzar la meta última de la vida.

Uno debe entrar en la vida familiar solo si es favorable para la ejecución del servicio devocional a Hari. Si la vida familiar es desfavorable, es un pozo oscuro y debe ser rechazada. Si uno se desapega de la vida familiar solo para mostrar su experiencia en la falsa renuncia, no se beneficiará. Los renunciantes inmaduros pronto caen.

La asociación con los devotos del Señor destruye el materialismo. Aquellos quienes entran en la vida familiar solo para satisfacer la moral mundana, serán absorbidos por el materialismo. Así como el devoto del Señor debe aceptar la orden de renuncia, también se le exige que entre en la vida familiar. La vida familiar es favorable para los devotos, porque cuando un devoto entra en la vida familiar, entra en un templo. Para un devoto, no hay diferencia entre entrar en la vida familiar y entrar en la vida de renuncia. Sin embargo, la vida familiar es desfavorable para los no devotos. Hay una gran diferencia entre los materialistas apegados que entran en la vida familiar y la vida familiar de un devoto. Debido a que un devoto entra en la vida familiar solo para cultivar favorablemente la conciencia de Krishna, debe mantenerse alejado de las malas asociaciones y las conversaciones mundanas. Debe ejecutar fielmente los angas del bhakti -sravanam y kirtanam- con entusiasmo, confianza y paciencia. Un devoto cabeza de familia debe servir a Hari, el guru, y los vaisnavas, cantar el santo nombre del Señor, asociarse con los devotos y escuchar hari-katha. Si todos sus esfuerzos están dirigidos a satisfacer a Krishna, obtendrá buena fortuna.

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