Un día en la mañana después de tomar el baño, al entrar al cuarto, Gurudeva me dijo que me grabe las siguientes palabras:

«Nunca, jamás, te enojes con un devoto. En caso peor, el devoto necesita tu ayuda. Caso normal, tú dependes de su misericordia y ayuda.»

Esa, fue una de estas instrucciones muy reales que uno nunca olvida. Aunque es difícil de realizar, acepto y siento que sólo esta actitud lleva a uno adelante en el sendero de bhakti.

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